¿Por qué hablamos como bebés a nuestros perros? La ciencia lo explica

¿Alguna vez te has preguntado por qué, al hablar con tu mascota, tu voz adquiere un tono más agudo y un ritmo más lento? No estás solo. Este fenómeno, común en la interacción humano-animal, ha sido objeto de estudio por parte de científicos, quienes han descubierto las razones detrás de este peculiar comportamiento.

Un vínculo ancestral

La relación entre humanos y perros se remonta a miles de años. A lo largo de este tiempo, hemos desarrollado una conexión única que se manifiesta en diversas formas, una de ellas es la manera en que nos comunicamos. Según estudios recientes, el cambio de tono de voz al hablar con nuestros perros no es solo una muestra de cariño, sino una adaptación evolutiva que facilita la comunicación.

Los beneficios de "hablarnos" como cachorros

• Mayor comprensión: Al ralentizar nuestro habla y utilizar un tono más agudo, nos acercamos al rango auditivo de los perros y facilitamos que comprendan nuestras palabras. Esto se debe a que los perros tienen un rango de frecuencia auditiva más amplio que los humanos, y son especialmente sensibles a los sonidos agudos.
• Refuerzo del vínculo: Al adaptar nuestra voz, estamos creando un canal de comunicación más directo y emocional con nuestro perro. Esto fortalece el vínculo entre ambos y fomenta la confianza.
• Calmar y tranquilizar: El tono de voz suave y relajado que utilizamos al hablar con nuestros perros tiene un efecto calmante y tranquilizador en ellos. Esto es especialmente útil en situaciones de estrés o ansiedad.
• Facilitar el aprendizaje: Al utilizar un tono de voz positivo y entusiasta, estamos incentivando a nuestro perro a aprender y a responder a nuestras órdenes de manera más efectiva.

La ciencia detrás del fenómeno

Investigadores de la Universidad de Ginebra han descubierto que el cambio de tono de voz al hablar con los perros está relacionado con la actividad cerebral. Al interactuar con nuestras mascotas, se activan áreas del cerebro asociadas con la emoción y la recompensa, lo que explica por qué nos sentimos tan bien cuando hablamos con ellos.

Además, los estudios han demostrado que los perros son capaces de distinguir entre diferentes tonos de voz y que responden de manera diferente según el tono que utilicemos. Por ejemplo, un tono de voz agresivo puede provocar miedo o ansiedad en el perro, mientras que un tono de voz suave y cariñoso puede generar una respuesta positiva.

Más allá de los perros

Este fenómeno no se limita únicamente a los perros. Se ha observado que las personas también tienden a modificar su tono de voz al hablar con otros animales, como gatos, caballos o incluso bebés. Esto sugiere que la capacidad de adaptar nuestra comunicación a las necesidades de nuestros interlocutores es una habilidad innata en los humanos.

En conclusión, el hecho de que cambiemos el tono de voz al hablar con nuestros perros no es una mera casualidad, sino una respuesta evolutiva que ha permitido fortalecer el vínculo entre humanos y animales. Al comprender los mecanismos detrás de este fenómeno, podemos mejorar nuestra comunicación con nuestras mascotas y fortalecer nuestro vínculo con ellas.